La impotencia de la maldad.

"La verdad es que, viendo cómo se ha portado conmigo el Senado, tal vez sí fue un crimen querer salvarlo. Sin embargo, el valor de los actos nobles no depende del juicio de la ignorancia, que siempre se engaña a sí misma ; y me parecería una traición a las enseñanzas de Sócrates ocultar la verdad o aceptar una mentira."
Boecio, Consuelo de la Filosofía.

Todos los seres animados, insuflados con la vida, tienen algo en común; y es que todos, sin excepción, aspiran al bien. El topo vive en su agujero porque le hace bien, el pajarillo hace su nido porque le hace bien, los girasoles apuntan al Sol porque les hace bien, las bacterias y hongos buscan charcos de agua estancada porque les hace bien, y todos los seres vivos comen, beben y se reproducen, porque les hace bien. Podemos observar, que todo animal se esfuerza por preservar su integridad y evitar la destrucción y la muerte. Por eso, en la botánica por ejemplo, vemos como ciertas plantas crecen en los lugares más convenientes, es decir, allí donde el medio les permite evitar marchitarse o secarse antes de tiempo, siempre y cuando la naturaleza lo permita.

A nosotros también nos pasa, hacemos ejercicio, quizá no por el hecho de hacerlo en sí mismo, sino porque nos hace bien, al igual que comemos ensalada, porque nos hace bien. Así, puesto que todas las cosas se desean por el bien que nos aportan, lo que se desea no son las cosas, sino el bien que representan; que es justamente la preservación de mi integridad física y salud, por ejemplo en este caso.

Pero lo mismo ocurre con la moral; el bien , es a lo que aspira todos los grupos, como vemos , en las hormigas hay una organización colectiva y grupal que funciona de acuerdo a un bien útil. Así como nuestra política, que supuestamente se organiza en democracia, capitalismo, comunismo… en pos de hallar algún bien. Pero parece que el humano es más incapaz para tal empresa que la hormiga, que se organiza perfectamente. Nosotros no, nosotros no somos capaces de hacer una organización fidedigna hacia el bien común. Nosotros estamos ofuscados por nuestro lenguaje ególatra, malvado e ignorante. Nosotros, en realidad, ignoramos el Bien moral hacia el cual parecíamos querer dirigirnos,

"Pero volvamos a los afanes de los hombres: el alma, aunque su recuerdo esté ofuscado, siempre busca su propio bien, pero ignora el camino para llegar a él, como el borracho ignora el camino de vuelta a casa."
Boecio, Consuelo de la Filosofía.

Entonces, partimos de la premisa inicial, de que todos los seres animados aspiran al bien, pero ahora nos damos cuenta de que hay un ser animado y con el poder de la razón que no siempre alcanza ese bien al que aspira. En concreto, son los malvados, consumidos por su egolatría e ignorancia, quienes no alcanzan el bien; no porque no lo pretendan, sino porque no son capaces de hallarlos. Es decir, buenos y malos seres humanos buscan por instinto el bien, pero , ¿no es verdad que conseguir ese bien hace buenos a los hombres ya de por sí? por lo que, ¿ los buenos consiguen lo que desean(el bien)?

"Luego si todos los seres desean el bien, y unos lo consiguen y otros no, ¿Hay alguna duda de que los buenos son poderosos y los malos, incapaces?                                                                                                       -Como decíamos, el bien es el propósito al que aspiran buenos y malos por igual, pero los buenos los satisfacen por medio de una función natural , es decir, el ejercicio de sus virtudes de acuerdo a la razón, mientras que los malos tratan de satisfacer exactamente lo mismo por medio de sus diversas pasiones que no son el medio natural para obtener el bien. La conclusión lógica es que los buenos son poderosos y capaces, y los malos débiles"
Boecio, Consuelo de la Filosofía.

Boecio no para de señalarnos, la impotencia de aquellos que están sumidos en la maldad. Una maldad originada, en su monstruosa ignorancia. Por eso la lucha no es entre el bien y el mal, sino entre el conocimiento y la ignorancia, porque la ignorancia es una ceguera, y una ceguera es una grandísima incapacidad ; con ella, el ser humano no es capaz por sí mismo de llegar a donde quiere llegar, puesto que no ve, no sabe lo que hace, no es capaz de alcanzar ese propósito de Bien. Y como dicho quedó, es por su debilidad ignorantil, que son incapaces de dominarse a sí mismos y encaminarse en su senda natural, como perteneciente a los seres animados que ansían el bien. Lástima que no seamos como las hormigas.

"Queda probado pues, lo que decía Platón en el Gorgias : sólo los sabios pueden lograr lo que desean, mientras que los malvados se afanarán en conseguir lo que les da placer, pero jamás alcanzarán el único fin que merece la pena perseguir. Hacen todo lo que les place convencidos de que las cosas que los deleitan les proporcionarán el bien que desean, pero jamás lo obtienen porque las cosas malas no conducen a la felicidad"
Boecio, Consuelo de la Filosofía-

Por ende, ¿podríamos decir que algo es bueno si perjudica a quien lo acomete o posee? Pues eso pasa con los vicios, la maldad, la incongruencia, la ignorancia, la arrogancia o el ego. El consumido por estas pasiones es el débil, el incapaz de cualquier cosa, puesto que es incapaz de encontrar ese bien que todo ser animado ansía encontrar.

Una respuesta a «»

Deja un comentario